Nuestros compañeros, sus familias, todos, se merecen el respeto de quien deja la vida trabajando por los demás. Ellos han tenido el honor de dignificar con su sangre el uniforme verde que nos cubre de orgullo de pies a cabeza cada día que salimos a patrullar las carreteras españolas.
Nosotros debemos dignificar su sacrifico con nuestra labor día a día, no olvidar que también ellos querían a sus hijos, mujeres y padres, que también tenías ganas de llegar a casa y sentir el calor de sus amigos en el patio y el compañerismo en el garaje del cuartel
Cuando la pena nos alcanza,
del compañero perdido.
Cuando el adiós dolorido,
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos
con la certeza que tú,
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
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